Orgullo y... envidia sana

Sabida es mi doble afición, en este blog, por el Espanyol y por el Hércules, así como allá donde escribo, manifiesto mi aprecio por dos equipos que no sólo comparten colores sino algunos temas que aquí o allí se han escrito. Sin embargo, hay un tema que es dispar y que es objeto de orgullo y envidia sana. Allá donde expreso mi cariño por el Espanyol, el comentario común es la gran valoración de la cantera espanyolista. Es normal que cada año se cuente con 8-10 jugadores de la "pedrera" en el primer equipo y que no desentonan con los que han sido fichados. Así, este año la zaga,a pesar de Juan Mari Lacruz, no ha perdido fuerza con la baja dolorosa de Pochettino y Lopo: Jarque, Torrejón y Chica se han hecho con la zaga- por no olvidar lo que viene detrás como Erencia o Serrán(no está mal este artículo ); Moisés Hurtado se ha hecho con el puesto,Tamudo es el de siempre, Coro lleva también el inicio de nuestro Raúl(ya empieza a marcar goles decisivos); detrás esperan Julián. Existe pues una gran cantera que lleva bastante tiempo funcionando. Además ha pasado la línea de ser un equipo que debe ceder a sus jugadores para que no se pierdan por el camino.

La envidia sana llega desde mi faceta herculana. En muchas ocasiones he plasmado en mi otro blog, exclusivo del Hércules, que la política de cantera más adecuada es la del Espanyol pero que, para que triunfe es necesario que, desde el primer equipo, se apueste por la cantera pero de forma seria y consciente. Aquí en Alicante, las urgencias siempre han sido las enemigas del club. Salvo salir por generación espontánea, la apuesta ha sido escasa y debía ser un jugador de gran calidad para ganarse el puesto saltando desde las categorías inferiores.Si el equipo estaba en 2ªB,era imprescindible subir con lo que no había tiempo de apostar por los jóvenes; en 2ªA, la situación sigue siendo igual pues el deseo de estar en Primera ciega hasta ese extremo; pero si el equipo está en la división de honor, los entrenadores preferían jugadores más veteranos pues mantenerse es una obligación.

Por ello, siento un orgullo de ser de un equipo que defiende la cantera y la envidia sana de ver cómo desde mi otro equipo no se ve como un ejemplo a seguir.