Exorcismos para el sábado

Cuando el Villarreal salía del estadio olímpico, lo hacía cabizbajo tras el varapalo de tres goles que les marcó un Espanyol pletórico. De aquel entonces recuerdo como escribí un artículo repleto de optimismo por la trayectoria perica e ironia por el tratamiento de los medios a la victoria. Más de nueve meses después, los "groguets" de Roig vuelven a Barcelona para enfrentarse a la sombra de aquel equipo que, desde aquella victoria se despeñó con número de cataclismo. Bien es conocido el trompazo de época que se dio desde aquel 3-0 en el que marcó Tamudo por partida doble.

El gol de penalty marcado en el Santiago Bernabeu evitó que el reencuentro con los castellonenses se disputase con cero goles en el casillero tras nueve meses. Con todo, al capitán se le nota más que a nadie un aciago 2008, deseoso como los demás aficionados de que acabe cuanto antes.

POr ello sería un momento oportuno para sacar el manual de exorcismo y recuperar aquel Espanyol ilusionante y que consiga, desde los jugadores, cuerpo técnico y aficionados, que el mal aquejado desde aquella noche de reyes desaparezca del club perico y que se vuelva por la senda que ambas finales de 2006 y 2007 pusieron al Espanyol en el verdadero camino.