El orgullo de Roger de Llúria

Un blog perico desde la lejanía

domingo, marzo 14, 2010

Vacaciones en Tenerife

Como sabrán, hay una película antigua llamada "Vacaciones en Roma", dirigida por William Wyler. Hoy se ha visto su secuela, Vacaciones en Tenerife(bueno, en realidad hay un corto de 1975 que lleva ese nombre pero con lo poco que nos gusta ver cine patrio...) donde once jugadores sin alma se han paseado y han tomado el solecito mientras los locales con un Nino algo mustio hasta que ha visto las facilidades aportadas por esta especie de "jockeys" que más que trotar parecían pollos sin cabeza en defensa. Perder en Tenerife es uno más de los despropósitos que estamos sufriendo. Como mal menor, como una broma de mal gusto, llevamos tres desplazamientos consecutivos marcando(eso sí, siete goles encajados en esos mismos partidos) pero ni Málaga(donde el Racing había ganado 0-3 una semana antes), ni en Jerez de la Frontera(como decía una chirigota, quien va a Chapín vuelve con los tres puntos de recuerdo) ni hoy en Tenerife. Tres rivales directos que nos han ganado el goal-average(y el Xerez que, sin perderlo...no lo hemos ganado) y han hecho que la segunda vuelta sea muy dura cuando podríamos estar en mitad de la tabla, tranquilos. Miedo tengo del partido ante el Real Valladolid, al que seguro daremos el gusto de saborear la primera victoria de Onésimo.

Llegamos a ese punto de la competición donde ya no sé si vale la pena mover algo o poner unas cuantas velas a la pluriempleada Virgen de la Moreneta. Lo que no sé es porque el año pasado, en peor situación, el equipo salía a morder en Gijón o en Almería, donde tras el 0-1 no venía el 1-1 sino el 0-2. Me gustaría que Pochettino sacara en el viaje de vuelta ese carácter que nos encantaba cuando era ese central expeditivo mas no sé que pasa. Para mí la cuestión no es que los jugadores sean buenos o malos-parte de la culpa la pueda tener también el director deportivo-sino que parecen ir con una o dos marchas menos. Ojalá se pudiera revertir la trayectoria a domicilio y acabar bien la temporada porque vaya año para olvidar que se está llevando y donde la alegría terminó con aquella inauguración.