El orgullo de Roger de Llúria

Un blog perico desde la lejanía

domingo, julio 05, 2020

Otro año será

Hace treinta y un año afronté el primer descenso de mi equipo. Tras siete años en primera desde que me hice perico, veía a mi equipo caer a segunda división. Fue triste porque el equipo afrontó una temporada tras el varapalo de Leverküssen y la pérdida de Soler, Valverde, Lauridsen o Losada como las piezas más importantes. Incluso esa temporada con una racha dolorosa de una vuelta sin ganar hasta que Alex García Borau marcó ese gol ante el Athletic de Bilbao que daba la victoria. El equipo fue poco a poco creciendo pero estaba tan lejos de la salvación que le dio para jugar el play off ante el RCD Mallorca, que nos acabó ganando en su feudo en la vuelta y dejaba al equipo perico en Segunda. Me acuerdo que me dediqué a ver la guía de Don Balón de esa temporada y pensar que no vería al equipo en primera pero aguanté. Al año siguiente subió en Málaga con sufrimiento, en lo que me parece la única tanda de penaltis que he visto ganar a mi equipo en treinta y pico años. Con todo, esa última jornada ante el SD Eibar tuvo un damnificado, el Racing de Santander.

Durante los tres años de primera, irónicamente el que parecía más tranquilo...acabó en descenso: el primer y segundo año(el de Javier Clemente y los rusos) fueron complicados pero ese tercer año se iba desarrollando en la parte media y con el perfil plano, planísimo de Díaz Novoa. El equipo iba octavo, a tres puntos del CD Tenerife y a nueve de la promoción de descenso(dos puntos por victoria) y nada, salvo ese desliz del 1-5 del Villarreal en Copa del Rey, hacía ver nada malo...hasta ese penalty a lo Panenka errado por Korneiev en Burgos. Aunque llevaba unas pocas derrotas, ese desliz aceleró el proceso con seis derrotas consecutivas que condenaron a una promoción ante un rival nada deseado, el Racing de Santander, que se tomó venganza de aquel partido del 1990 y hacía descender al conjunto perico por cuarta vez en la historia...y segunda mía.

El ascenso con Camacho y los dos años siguientes fue uno de los mejores ciclos de la estancia perica de veintiséis años, otro fue el periplo entre 2005 y 2007. Un período que ha tenido sus fases de sufrimiento como la 2002/03, la 2003/04, 2005/06 y la 2008/09.Desde que se estaba en Cornellà la trayectoria había sido normalita con la excepción de la temporada pasada.

Este año ha sido horripilante de principio a fin. Curiosamente, empezó con la alegría de la temporada anterior. Quizás haber sido octavos hubiera sido diferente pero se tuvo que empezar antes a entrenar para las eliminatorias europeas, que han acabado siendo veneno. Luego, no haber cubierto la baja de Hermoso y Borja Iglesias porque Calero y Calleri han aportado nada al proyecto.Se ha tardado mucho en reaccionar, se han vuelto locos con los cambios de entrenador hasta tal punto que pienso que David Gallego merecía más chance(sí, el partido de Mallorca fue infame como otros tantos de Machín, Abelardo o Rufete) pero, creo, tiene ironía que es el que más rendimiento le ha sacado a "Mono" Vargas que, desde noviembre, ha estado desaparecido.

El descenso aún no es automático pero requiere de una carambola tan extraordinaria(ganar los cuatro partidos, que el Celta pierda los cuatro partidos y, además, Mallorca y Leganés sumen menos de seis puntos) que es mejor asumir la realidad de un equipo incapaz. Aunque mi gusto por la Fórmula 1 es intermitente-va y viene- me recuerda a esa escuadra que planifica mal el motor, el chásis y es incapaz de terminar una carrera entre los diez primeros...así ha sido el Espanyol 2019/20 que tiene  que pensar cómo salir de segunda-aún no ha entrado- a la primera.