La deseada inercia
Cuando nos salvamos de pura chiripa, allá por el 2004, pocos podrían esperar una temporada espectacular como la 2004/05 en la que se dejó de sufrir por abajo...para hacerlo por arriba. No era un sinvivir sino una constante fuente de ilusión que sólo un colegiado en el Sadar(aún no era Reyno de Navarra, creo) frustró anulando un gol que hubiese metido a los pericos en Champions. La inercia creo que se vio incrementada con un Carlos Kameni espectacular parando penaltys y una fierecilla que, tras dos temporadas discretas, volvía a rugir(Maxi Rodríguez)desde el inicio de competición.
Cuando nos salvamos gracias al gol de Coro, la temporada siguiente fue inolvidable aunque, en Liga, no tanto. Sin embargo, se llegó a la final de Glasgow tras dejar fuera al Benfica o al Werder Bremen de forma merecida, por no hablar de aquel 0-2 en la casa del Ajax. Quizás el entusiasmo de esa competición hizo que la competición nacional quedara relegada. Inolvidable fue la primera parte en Chamartín en el que el marcador reflejaba un 1-3 que debía ser nuestra cara habitual en feudos como ése.
Ahora, ojalá ocurra esa inercia tras un final de temporada en el que, en apenas mes y medio, se igualó lo que se hizo en los 14 meses anteriores: ocho victorias.